Bienvenidas las innovaciones para enfrentar la crisis; en EE.UU., por ejemplo, muchos restaurantes redujeron el tamaño de sus raciones para mantener precios.
Las constantes notas acerca de la magnitud de las medidas aplicadas para sacar adelante al sistema financiero en el mundo distraen la atención de diversos asuntos, tanto al interior de las empresas, como en su entorno. En primer término hay que recordar que la crisis global fue originada en el sector financiero, donde se asumieron riesgos muy elevados, bajo el supuesto de obtener rendimientos superiores al mercado.
Cuando, finalmente, alguien se percató que habían exagerado las cosas empezaron a caer como fichas de dominó alineadas una detrás de otra. De pronto, el valor de muchos activos e inversiones del sistema se redujo drásticamente y muchas personas no pudieron protegerse de los efectos, por lo que su patrimonio sufrió un deterioro. La baja pronunciada en el valor de las casas está causando muchos problemas y la reducción obligada en el consumo de las familias ha empezado a golpear al empleo y a la inversión.
De ahí que para reactivar el crédito en la casa del Tío Sam se volviera una prioridad el rescate a los bancos y utilizar el gasto público para devolver impuestos a las familias y, al mismo tiempo, agilizar la construcción de obras públicas de todo tipo. La situación en México ha sido un tanto diferente, porque aquí el sistema financiero no se colapsó y aunque la cartera vencida ha crecido, por ahora no refleja un problema de fondo, sin embargo, se considera que igual saldremos afectados.
De cuánto será ese efecto, es muy difícil decirlo, ya que primero las empresas deben ubicarse dentro de la crisis. El contagio a México ha venido a través de las cuentas externas: la baja en las exportaciones, los ingresos por turismo y por remesas, principalmente. Industrias como la automotriz y la de autopartes han empezado a sufrir los estragos de la crisis y una de las medidas aplicadas ha sido instaurar paros técnicos. No obstante, hay empresas que no tienen ea salida como opción y su decisión ha sido reducir su plantilla de personal.
¿Sabe qué tanto afectará esto a su empresa?. Dependerá de la exposición de la misma con las industrias afectadas, ya que es predecible que bajen los pedidos, se amplíen los plazos para pagar, se solicite más crédito o, de plano, se suspendan relaciones comerciales completas. El otro medio de transmisión es el desempleo; menos gente trabajando significa menor volumen de gasto en los mercados y por tanto caídas en las ventas, así que si su empresa está localizada dentro del área en la que se ubica alguna de estas industrias, lo más probable es que vea reducir el volumen de sus ingresos.
De identificar esta situación como aplicable a su empresa, sería bueno empezar a utilizar todas las herramientas de la mercadotecnia a su alcance, a efecto de hacer su producto más accesible para su clientela. Las innovaciones de cualquier tipo son bienvenidas; por ejemplo, en Estados Unidos muchos restaurantes han reducido el tamaño de sus raciones, a efecto de mantener el precio, aunque esta no es la única medida.
MARIO RODARTE
M.E.
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