De nada sirve dejar que el tiempo transcurra indefinidamente con la esperanza de que tarde o temprano las cosas terminen por suceder por sí solas. Posponer no es más que un mecanismo clásico para evitar la toma de decisiones y acciones, una manera de evadir el presente. Las tres frases típicas de quienes posponen son:
• “Quizá las cosas se solucionarán solas”
• “Espero que las cosas vayan mejor”
• “Deseo que se arreglen las cosas”
Posponer significa entregarse al autoengaño, escapar de la realidad y ser cada vez más débil. En última instancia, dejar para después lo que podría hacerse ahora es una eficaz estrategia para no hacerlo jamás, y sobre todo, para justificarse.
Manifestaciones clásicas de posponer:
• Utilizar el cansancio o el sueño como excusa para no hacer las cosas.
• Enfermarte para evitar la realización de actividades enojosas.
• Permanecer en un empleo monótono y con pocas posibilidades de crecimiento.
• Aferrarte a una relación conflictiva, en espera de que los problemas se resuelvan por sí solos.
• Retrasar la lucha contra adiciones como el alcoholismo, el tabaquismo o la drogadicción.
• Asumir la postura del crítico, aquel que se limita a observar y juzgar a quienes sí actúan.
Recompensas de posponer:
• Evadir actividades desagradables.
• Eliminar cualquier alternativa de cambio, y con ella los riesgos que éste suele traer consigo.
• Evitar las posibilidades de fracaso, así como la necesidad de enfrentar las carencias e inseguridades propias.
• Lograr que otros se encarguen de lo que no desea hacer.
• Evitar el éxito y las responsabilidades que lo acompañan.
¡Empieza a actuar!
La clave para dejar de posponer consiste en un paso a paso, no intentar hacerlo todo de golpe sino llevar a cabo determinadas acciones día tras día sin falta, con perseverancia. Existe una serie de estrategias prácticas para lograrlo, como:
• Vive momento a momento.
• Haz algo que hayas postergado periódicamente.
• Considerarse una persona lo suficientemente valiosa e importante como para vivir llena de ansiedades y en la inmovilidad total.
• No recurras a la fatiga o a las enfermedades como un escape a lo que debes hacer.
• Elimina del vocabulario palabras como: “espero”, “deseo” o “tal vez”.
Para tener una existencia satisfactoria y plena es indispensable convertirse en un hacedor, abandonar la postura de quienes se limitan a desear, esperar o criticar a otros y poner manos a la obra cuanto antes.
Texto tomado de las ideas de Wayne Dywer sobre “El hábito de Posponer”
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